lunes, 19 de abril de 2010

Ganas...

Me estaba acordando de mis primeros rallyes como aficionado. Desde pequeño tuve mucha afición, pero hasta los quince años no pude asistir como aficionado a las cunetas.

En casa nunca hubo especial sentimiento por las carreras, por lo que aquello de que algún familiar me llevara no estaba entre mis posibilidades, ni suquiera entre los compañeros de colegio podía tirar de un hilo para acoplarme con alguien... era un incomprendido en un ambiente de fútbol en clase y ciclismo en casa.

Y la verdad es que fue gracias al ciclismo que empecé a moverme para ir a los rallyes, cosa que en Asturias no es nada sencillo, famosa, entre muchas otras cosas por la (maldita) cantidad de cuestas que tienen sus carrteras. Los fines de semana practicaba este deporte (que me sigue gustando) cada fin de semana con un club y estaba en plena forma.

Recuerdo perfectamente un rally en concreto, el Rally de Siero, en el año 2005. La prueba transcurría cerca de casa, con dos tramos a escasos 20 kilómetros, con lo que el ir en bici era viable. La cuestión era cargar con las vituallas en la mochila, nada grave.

Así que partí y estuve en un par de tramos, en Muncó y en Carbayín. La mañana fue muy bien, pero lo malo vino después, cuando en mi contrarreloj particular para llegar a tiempo a ver entera la pasada en Carbayín empezó a llover, a llover no, miento, ¡a diluviar!, lo que unido a los tres últimos kilómetros de subida tremenda, el tener el tiempo justo de llegar y el cansancio del pedaleo hizo que aquél trecho fuese un auténtico infierno en el que empecé a pensar el qué diablos estaba haciendo allí, pillando una mojadura de esas que hacen época y papando más frío que un tonto...

En éstas estaba cuando llegué arriba y me vieron llegar conocidos, que bajo los paraguas y los chubasqueros aguardaban a que empezara el espectáculo y fue entonces cuando llegó a mis oídos cosas como: "¡Estás loco!", "a quién se le ocurre..." etcétera, etcétera, a lo que les contesté yo: "¿Loco? No, sólo ganas..."

Eso sí debo decir que ése fue mi último año en esas condiciones, pero para mi los rallyes así tenían un sabor muy especial...

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